Fecha de publicación: 06 de junio de 2025
PERRO CIEGO: Monterrey: El espejo roto del progreso

Por Perro Ciego, ladrando en la oscuridad
Monterrey presume rascacielos, industrias titánicas y universidades de
élite. En el papel, es la cara moderna de México. Pero en los bordes de
su éxito, en los pliegues de su expansión, vive un Estado paralelo que
no necesita exhibir armas ni tomar calles: aquí el crimen viste traje,
dirige empresas y lava dinero en centros comerciales y megaproyectos.
El mito del "progreso regio" brilla, pero también esconde fracturas
profundas.
1. Seguridad: La paz que se compra
Monterrey aprendió que la seguridad no es gratuita. La violencia de los
años 2010-2012 dejó cicatrices abiertas: masacres en bares, cuerpos
colgados en puentes, balaceras frente a centros comerciales.
Hoy la sangre ya no corre en ríos, pero el control no desapareció: se
hizo más fino. Más invisible. La violencia abierta bajó porque los
acuerdos tácitos se consolidaron.
El que rompe el pacto, aún paga con sangre.
2. Lavado de dinero: La economía doble
La ciudad crece con rapidez impresionante, pero no toda esa riqueza
tiene origen limpio. Desarrollos inmobiliarios, concesiones de
transporte, restaurantes, casinos y conciertos son la fachada de
operaciones de lavado multimillonario.
Empresas fantasma, factureras, fideicomisos opacos: Monterrey
perfeccionó el arte de blanquear capital sucio disfrazándolo de éxito
empresarial. El crimen aquí no necesita pasar armas en la noche:
necesita contadores, abogados y banqueros discretos.
3. Control de vialidades y transporte: La trinchera invisible
Los sindicatos del transporte público y de la construcción están
infiltrados hasta los huesos. Líneas de camiones, rutas de taxis, obras
de infraestructura: todo tiene precio, todo tiene dueño.
Para mover mercancía ilícita o influir en elecciones, el control de la
movilidad es fundamental. El narco en Monterrey no bloquea carreteras:
las administra.
4. Colonias cerradas y periferias olvidadas
Monterrey vive una polarización brutal. Mientras San Pedro Garza García
presume ser uno de los municipios más ricos de América Latina, las zonas
periféricas como Escobedo, Apodaca, García y Juárez sobreviven entre
inseguridad, marginación y control territorial de grupos criminales.
La división es clara: quienes pueden se encierran en fraccionamientos
blindados. Quienes no, viven al vaivén de los pactos locales entre
mafias y autoridades.
5. Reclutamiento empresarial: El crimen corporativo
En Monterrey, el crimen organizado no sólo recluta sicarios: recluta
gerentes. Administra tráfico de mercancías, exporta servicios
logísticos, invierte en tecnología para vigilar sus propias operaciones.
Aquí, el narco no siempre amenaza con pistolas: ofrece contratos,
sociedades, posiciones estratégicas. La mafia empresarial es más
peligrosa que la de la calle, porque pacta con una sonrisa y un apretón
de manos.
Epílogo: El espejismo de la modernidad
Monterrey quiere ser Houston, pero a veces parece más Medellín en los
ochenta: una ciudad de dinero rápido, silencios pactados y fantasmas que
caminan de traje.
La modernidad no ha derrotado al Estado paralelo: solo lo ha hecho más
sofisticado.
Y yo, Perro Ciego, sigo ladrando. Porque aunque la ciudad pretenda no
escuchar, el eco de la sombra siempre vuelve.
— Perro Ciego

